Transformarse para mantener la esencia




Extraido de http://www.recicladas.com.ar/




Se dice que un río, después de haber recorrido un trayecto de montes y campos, llegó a las arenas de un desierto y, de la misma forma que había intentado cruzar otros obstáculos que había hallado en el camino, empezó a atravesarlo. Pero sucedió que se dió cuenta de que sus aguas desaparecían en la arena tan pronto entrara en ella. Aun así, estaba convencido de que su destino era cruzar el desierto, pero no hallaba la forma de hacerlo. Entonces oyó una voz que decía:

– El viento cruza el desierto y también lo puede hacer el río.

– Pero el viento puede volar y yo no. Soy absorbido por las arenas.

– Si te lanzas con violencia como has hecho hasta ahora -continuó la voz- no conseguirás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en pantano. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino.

– Pero ¿cómo es posible esto?

– Debes consentir ser absorbido por el viento.

Esta idea no era aceptable para el río. Él nunca antes había sido absorbido y no quería perder su individualidad.

– ¿Cómo puedo saber con certeza si una vez perdida mi forma, la podré volver a recuperar?

– El viento cumple su función. Eleva el agua, la transporta a su destino y la deja caer en forma de lluvia. El agua vuelve nuevamente al río.

– Pero ¿no puedo seguir siendo siempre el mismo río que soy ahora?

– Tú no puedes, en ningún caso, permanecer siempre así -continuó la voz-. Tu esencia es transportada y forma un nuevo río.

El río no lo veía claro, pero tampoco quería ser pantano o desaparecer. Así es que, en un acto de confianza, elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, quien, gentil y fácilmente, lo elevó hacia arriba y lejos, volviendo a dejarlo caer en la cima de una montaña, muchos kilómetros más allá.

El río sorprendido, al fin entendió:

– Mi esencia es el agua, sea en el estado que sea. La transformación me ha permitido continuar siendo el mismo. Si no me hubiera transformado, me hubiera perdido.

Todos, como el río, debemos aceptar que es preciso cambiar y transformarnos para proteger y mantener nuestra esencia.
Jaume Soler & M. Mercé Conangla



...Y ahora nos toca reflexionar y compartir a cada uno. ¿Desde este retiro vital, notas que algo en tu interior se está transformando y te permite llegar más a tu esencia?

2 comentarios:

  1. Yo con este retiro, diría que es al revés. De momento, como tengo más tiempo "conmigo mismo", creo que mi verdadera esencia está aflorando. Ya actúo de manera más natural, sin las regulaciones por estar con los demás. Y es ahora, que estoy viendo mi verdadera esencia, cuando tengo que decidir si me gusta así o transformo algo. ¡Estoy en ello!

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  2. Hace años, pensando en la vida y la muerte ya pensé en los ríos: nuestra vida es como una corriente de agua que está abocada al mar; si vamos pegados a la orilla los juncos, la maleza, las ramas caídas (los apegos) nos dificultan el avance, en cambio si nos deslizamos por el centro el avance es más fluído aunque no exento de rápidos, de calmas, de tormentas, de remansos e incluso de evaporaciones y con todo el destino final es el inmenso océano tan misterioso como mágico, tan lleno de vida con sus abismos y sus playas paradisiacas...
    Así es como yo comparo mi devenir por este mundo en el cual me espera un intrigante océano por descubrir.

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